Su alias es todo un misterio. No sabemos si es por aquello de que lleva unos monísimos pedales rosa wendolín o viene de muuucho más atrás.
También conocido como “la autoridá” por su airecillo un pelín serio (o quizá por algo más), aunque en realidad es la timidez típica de toda la vida. Pero naaaa! solo es en un primer momento, cuando coge confianza, recupera el tiempo perdido.
Nos lleva una bici un poco ruinosita y cumpliendo a la perfección con el dicho “el hábito no hace al monje”, con la susodicha, sube y baja por donde le da la real gana detrás del Tiri, eso sí, a su ritmo y dejándo al personal rascándonos el casco.
Al igual que el resto, siempre tiene una palabra amable y de ánimo cuando la necesitas. Muuu buena gente.
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